sábado, 9 de julio de 2016

EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA TEMA 32 EL CAMBIO RADICAL


EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA
TEMA 32 EL CAMBIO RADICAL


EL  CAMBIO RADICAL


En tanto un hombre prosiga con el error de creerse a sí mismo Uno, Único, Individual, es evidente que el cambio radical será algo más que imposible.
El hecho mismo de que el trabajo esotérico comience con la rigurosa observación de sí mismo nos está indicando una multiplicidad de factores Psicológicos, Yoes o elementos indeseables que es urgente extirpar, erradicar de nuestro interior.
Incuestionablemente, en modo alguno sería posible eliminar errores desconocidos, urge observar previamente aquello que queremos separar de nuestra Psiquis.

Este tipo de trabajo no es externo sino interno, y quienes piensen que cualquier manual de urbanidad o sistema ético externo y superficial les pueda llevar al éxito estarán de hecho totalmente equivocados.
El hecho concreto y definitivo de que el trabajo íntimo empiece con la atención  concentrada en     la observación plena de  sí  mismo  es  motivo  más  que  suficiente  como  para  demostrar que  esto exige un  esfuerzo personal muy  particular de  cada  uno  de nosotros.

Hablando francamente y sin ambages, aseveramos en forma enfática lo siguiente: ningún ser humano podría hacer este trabajo por   nosotros.
No es posible cambio alguno en nuestra  Psiquis  sin  la  observación  directa  de  todo  ese  conjunto de  factores  subjetivos  que  llevamos dentro.
Dar por aceptado la multiplicidad de errores, descartando la necesidad de estudio y observación directa de los mismos, significa de hecho una evasiva o escapatoria, una huida de sí  mismo, una forma de auto-engaño.
Sólo a través del esfuerzo riguroso de la observación juiciosa de sí mismo, sin escapatorias de ninguna  especie,  podremos  evidenciar  realmente  que  no  somos  “Uno”  sino  “Muchos”.

Admitir la pluralidad del Yo y evidenciarla a través de la observación rigurosa son dos aspectos diferentes.
Alguien puede aceptar la Doctrina de los muchos Yoes sin haberlo jamás evidenciado; esto último sólo es posible auto-observándose cuidadosamente.
Rehuir el trabajo de observación íntima, buscar evasivas, es signo inconfundible de degeneración.

Mientras un hombre sustente la ilusión de que es siempre una y la misma persona no puede cambiar, y es obvio que la finalidad de este trabajo es precisamente  lograr  un  cambio  gradual  en  nuestra  vida interior.
La transformación radical  es  una  posibilidad  definida  que  normalmente  se  pierde  cuando  no se trabaja sobre sí  mismo.

El punto inicial del cambio radical permanece oculto mientras el hombre continúe creyéndose Uno.
Quienes rechazan la Doctrina de los muchos Yoes demuestran claramente que jamás se han auto-observado  seriamente.

La severa observación de sí mismo sin  escapatorias de  ninguna  especie  nos  permite verificar  por mismos el crudo realismo de que no somos “Uno” sino “Muchos”.
En el mundo de las opiniones subjetivas diversas teorías seudo-esotéricas o  seudo-ocultistas sirven  siempre de  callejón para huir de  sí  mismos...
Incuestionablemente, la ilusión de que se es siempre una y la misma persona sirve de escollo para la auto-observación...
Alguien podría decir: “Sé que no soy Uno sino Muchos, la Gnosis me lo ha enseñado”. Tal afirmación aunque fuese muy sincera, si no existiese plena experiencia vivida sobre ese aspecto doctrinario, obviamente sería algo meramente externo y superficial.


Evidenciar, experimentar y comprender es lo fundamental, sólo así es posible trabajar conscientemente para lograr un  cambio  radical.
Afirmar es una cosa y comprender es otra. Cuando alguien dice: “Comprendo que no soy Uno sino Muchos”, si su comprensión es verdadera y no mera palabrería insustancial de charla ambigua, esto indica, señala, acusa, plena verificación de la Doctrina de los Muchos Yoes.

Conocimiento y Comprensión son diferentes. El primero de éstos es de la mente, el segundo del corazón.
El mero conocimiento de la Doctrina de los Muchos Yoes de nada sirve; desafortunadamente, por estos tiempos en que vivimos, el conocimiento ha ido mucho más allá de la comprensión, porque el pobre animal intelectual, equivocadamente llamado hombre, desenvolvió exclusivamente el lado del conocimiento, olvidando lamentablemente el correspondiente lado del Ser.

Conocer la Doctrina de los Muchos Yoes y comprenderla es fundamental para todo cambio radical verdadero.
Cuando un hombre comienza a observarse detenidamente a sí mismo, desde el ángulo de que no es Uno sino Muchos, obviamente ha iniciado el trabajo serio sobre su naturaleza interior.


Sólo a través de la autoobservación podremos evidenciar que no somos “Uno” sino  “Muchos”

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