EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA TEMA 51 -CONCENTRACIÓN
Y RELAJACIÓN
¿Qué es la
Concentración?
La palabra
Concentración nos está mostrando que la Conciencia está Centrada en la Acción.
La
Concentración es un poder muy grande que nos permite tener éxito en todo lo que
emprendemos. La Concentración se da cuando aprendemos a vivir el instante.
El eterno ahora. Cuando nuestras diferentes funciones trabajan
al unísono, teniendo como centro nuestro corazón.
La clave
para sacar cualquier práctica es la Concentración. Debemos practicar y luchar
hasta lograrla.
Si en el día
andamos concentrados en la noche continuaremos concentrados. Si en el día
vagamos en la noche también.
Hay dos
tipos de Concentración: una en el Mundo Interior y la otra en el Mundo
Exterior. Las dos son muy importantes.
Nos
encontramos concentrados cuando no se sostiene sino un pensamiento. Cuando
sostenemos la atención plena en algo podemos alcanzar la Inspiración, y un
instante después el Acierto.
Concentración
es lo contrario a distracción, la Concentración es de la Conciencia, la
distracción es del yo. Si estudiamos la distracción terminaremos en
concentración.
Si podemos
descubrir todos los yoes o elementos distractores alcanzaremos la
Concentración. Aprender a centrar la Conciencia en la acción requiere mucha
práctica, ya que el sentido de la
Auto-observación
psicológica está atrofiado en casi todos los seres humanos, y por medio de este
sentido se centra la Conciencia en la acción.
El Maestro
Jesús nos enseñó que debíamos Velar y Orar.
Velar es
hacer las cosas despierto, en vigilia, en auto-observación. O concentrado.
Orar es el
deseo de Ser o Recuerdo de Sí. Y esto es lo mismo que relajarse. Suplicar a la
Madre Divina que elimine el defecto que no nos deja concentrar.
Cómo podemos practicar la Concentración:
- Haciendo
un esfuerzo para hacer cosa por cosa.
- Sin
pensar en ninguna otra cosa.
- Sin
interrumpir una cosa para hacer otra.
- No
recordando cosas que se van a hacer más adelante.
- No
recordando cosas que ya se hicieron.
- Manteniéndonos
centrados en lo que hacemos.
Si
observamos cuidadosamente las múltiples actividades de nuestro diario vivir nos
daremos cuenta que cada una de ellas se hace en forma mecánica, puesto que
cuando las ejecutamos estamos pensando en otras cosas. Ese mismo hecho impide
que estemos centrados, también impide
que veamos todos los yoes que se manifiestan.
Nos
despertamos, nos incorporamos, caminamos hacia el baño, nos desvestimos,
afeitamos, duchamos, secamos, vestimos, calzamos, tendemos la cama,
desayunamos, lavamos los dientes, nos despedimos, salimos a la calle, etc. Pero
no nos auto-observamos de instante en instante, lo que quiere decir que tenemos
la conciencia dormida por falta de uso. Hacemos las cosas dormidos. Y por lo
anterior no hay auto-descubrimiento.
Si empezamos
a auto-observarnos descubriremos a cada uno de los yoes que participan en cada acción, que actúan mecánicamente
cometiendo errores, nos tensionan, originan preocupaciones, distraen, impiden
la concentración.
Cuando
empezamos a observar todo esto nos damos cuenta en forma directa del caos en
que nos encontramos. Y que sólo podemos ordenarlo mediante la relajación
permanente.
¿Qué es la Relajación?
Cuando nos hacemos conscientes de cualquier
defecto que está produciendo tensión en cualquier parte de la máquina debemos
necesariamente relajarnos para no agotar energías en forma innecesaria. Y esto
se hace con una Súplica a nuestra Madre Divina así: “Madre mía mátame este yo”.
¿Qué produce la tensión?
- Deseos
- Emociones
- Canciones
psicológicas
- Estados
psicológicos equivocados
- Pensamientos
- Preocupaciones
- Charlas
internas
- Pelea
entre los distintos yoes
Si le
suplicamos en esos momentos a nuestra Madre Divina particular que elimine el
defecto que está produciendo tensión en tal o cual centro notaremos que Ella
actúa inmediatamente, relajándonos el lugar en que hemos observado al yo.
Es necesario
comprender por qué estamos tensos para que la Madre actúe.
Se producen tensiones por muchas razones:
- Hacemos
algo que no nos gusta.
- Tenemos
miedo a que nos quede mal algo.
- Queremos
hacer algo que nos gusta más.
- Lo
que vamos a hacer más tarde nos preocupa.
- Lo
que hicimos antes no quedó bien.
- Lo
que hicimos antes nos quedó muy bien.
- No
sabemos hacer lo que estamos haciendo.
- Nos
preocupa algo que tendremos que hacer.
- Estamos
distraídos por algo.
¿Cómo sabemos que ya nos relajamos?
Sucede cuando ha desaparecido toda
tensión y nuestra psicología se ha normalizado. Nos sentimos bien. Nos podemos
centrar en lo que hacemos.
Práctica de
Relajación general
La relajación de los cuerpos:
• Cuerpo Físico Músculos, tendones y nervios
• Cuerpo Astral Emociones
• Cuerpo Mental Pensamientos
En la
relajación del Cuerpo Físico nos concentramos en cada una de las partes del
cuerpo. Donde estén nuestros pensamientos estará nuestra Conciencia, por lo
tanto debemos imaginar y sentir cada una de nuestras partes del cuerpo
ordenadamente. Este procedimiento se repite tres veces:
1- Pierna derecha: dedo por dedo, planta,
empeine, talón, tobillo, pantorrilla, rodilla, muslo, toda la pierna.
2- Pierna izquierda: dedo por dedo,
planta, empeine, talón, tobillo, pantorrilla,
rodilla, muslo, toda la pierna.
3- Brazo derecho: dedo por dedo, palma,
dorso, muñeca, antebrazo, codo, todo el brazo.
4- Brazo izquierdo: dedo por dedo, palma, dorso, muñeca, antebrazo,
codo, todo el brazo. 5- Glúteos, genitales, cadera, abdomen,
cintura, pecho, hombros, espalda, todo el tronco.
6- Cuello, garganta, mandíbula, lengua,
labios, mejillas, nariz, ojos, cejas, frente, oídos, cuero cabelludo, toda la
cabeza.
7- Luego le ordenamos a todos los
músculos, nervios y tendones: “relájense, aquiétense, cálmense”.
Para la
relajación del Cuerpo Astral, o parte emocional, nos concentramos en la
respiración, observando la entrada y la salida del aire durante tres minutos.
Para la
relajación del Cuerpo Mental, o parte intelectual, nos concentramos en el
corazón y en escuchar ruidos del mundo exterior durante tres minutos.
Práctica de
Concentración y Relajación. Velar y
Orar.
1- Conjuración
del Belilín y Círculo Mágico.
2- Súplica
de Asistencia al Padre y a la Madre
Divina.
3- Relajación,
observando que todo el cuerpo esté cómodo.
4- Nos
concentramos en el corazón a escuchar y observar el mundo interior.
5- A
cada detallito observado le vamos suplicando a la Madre que lo desintegre.
6-
Puede hacerse hasta lograr
la concentración perfecta.
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